Sábado, 15 Junio, 2024 - 18:00 Madrid
Café Libertad 8 |
El río de los ojos (2da versión)
Si la tristeza se marchara en
sus aguas para siempre;
pero sólo es un río que nos deja,
cuando pone su cauce en las mejillas,
una profunda huella.
Aunque apaguen las luces de los ojos
mientras corren las lágrimas, consuelan.
Porque es tanto el dolor que se produce
que si el llanto no brota, si no llega,
la tristeza se aloja entre la sangre
y la sangre se hiela.
De manera que el río de los ojos,
agua triste del alma, por las penas,
es compuerta de un dique que estallara
si al dolor, con el llanto, no se abriera.
¡Ay de mí! Que sin llanto y sin consuelo
tengo heladas las venas.
Si el calor de los sueños, que se tejen
para hallar el olvido, derritiera esta nieve,
este hielo, este dolor que me llena la sangre de tristeza…
no muriera de pena,
sin consuelo, como muero de pena.